“Esto hay que intentarlo, aunque sólo sea una vez en la vida”, señala el  neurocirujano Dr. Luis Gómez Perals

21/07/2023

Hablamos con el Dr. Luis Gómez Perals, encargado de coordinar la segunda misión de la Fundación Clavel en Etiopía este año. Tras una semana en el Adama Hospital Medical College nos cuenta sus motivaciones, experiencias y perspectivas de futuro de las misiones.

El Dr. Luis Gómez Perals, neurocirujano en el Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria, junto con el Dr. Serafín Alonso, la enfermera de quirófano Davinia Cangas y el equipo médico local del AHMC, han podido intervenir a un total de 13 pacientes durante su estancia. El coordinador de esta segunda misión del 2023 en Etiopía nos cuenta cómo lo ha vivido.

Como neurocirujano coordinador de esta misión en Etiopía, ¿qué te motivó a realizarla?

Siempre es un desafío afrontar lo desconocido y, en este caso concreto, integrarse en un equipo de un centro tan distanciado geográficamente y en un contexto sociocultural tan diferente del nuestro, no deja de ser algo estimulante a nivel profesional y personal.

¿Cuáles fueron tus primeras impresiones al llegar al hospital de Adama?

Las primeras impresiones siempre son impactantes debido a la diferencia en todo lo referente a la infraestructura y organización del hospital, pero con el paso de los días se produce una adaptación e integración con el equipo y demás colaboradores que acaban siendo, de alguna manera, familia y su centro, que se convierte en nuestro hogar durante la misión, donde pasamos más tiempo trabajando y compartiendo que en ningún otro sitio.

El primer día llevasteis a cabo una operación de tumor medular en el Christmas International Brain and Spine Hospital de Addis Abeba. ¿Hay muchas diferencias entre este hospital y el de Adama? 

El primero es un centro pequeño equipado con tecnología y equipamiento que el segundo no posee aún. El hospital de Adama ya ha adquirido algunos equipamientos que no tenían el año pasado cuando los visité en mi primera misión con Fundación Clavel, de lo que se deduce que hay un progreso que se puede apreciar.

¿Cómo ha sido el trabajo junto al equipo local? 

Muy coordinado. Nos hemos integrado totalmente en su grupo y hemos hecho equipo con ellos, compartiendo largas horas de cirugía y de visitas a los pacientes, así como de discusión conjunta de los casos clínicos.

En esta misión habéis intervenido a 13 pacientes, ¿hay algún caso en concreto que te haya llamado más la atención? 

Una paciente tenía un tumor craneal que no podía ser intervenida por falta de sustituto del hueso al extirpar el tumor, así que les proveímos del material protésico, consistente en cemento acrílico y 5 sets de placas-tornillos que permitieron extirpar el tumor con seguridad y cerrar el cráneo herméticamente, con lo que quedó resuelto el problema y curada la paciente definitivamente.

¿Cuáles han sido las mayores dificultades que habéis encontrado a la hora de desempeñar vuestro trabajo? 

Cansancio, por largas horas de quirófano (durante 5 días, 10 horas de media cada día), alimentación diferente con gastroenteritis afectando a todos los miembros de la misión con mayor o menor virulencia en un momento u otro, pero a todos, con la consecuente debilidad y malestar acompañante. Todo superado sin dificultad ni secuelas, con hidratación y dieta adecuada sin que nos haya impedido en ningún momento continuar la misión y desempeñar a la perfección nuestra labor. 

La falta de medios técnicos no ha supuesto una dificultad mayor en nuestra misión. Todos los pacientes han sido intervenidos de forma adecuada con los recursos existentes y los aportados durante la misión.

¿Qué mejorarías en una futura misión?  

Mayor integración aún entre los equipos neuroquirúrgicos visitante y anfitrión previo a la misión. Hace falta estar en contacto con los cirujanos y el personal técnico sanitario antes de la misión para de esa forma optimizar la coordinación entre ambos equipos y obtener la mejor planificación posible de los casos.

¿Cuáles son tus sensaciones tras la misión a Etiopía?  

Inmejorables, innumerables, inigualables. Durante el transcurso de la misión no eres consciente de todo el bien que estás haciendo debido a la vorágine y vértigo de la actividad diaria que hace que caigas exhausto por la noche, pero al terminar te empieza a invadir un sentimiento de satisfacción por la labor realizada y de plenitud mental y espiritual.

Por último, ¿qué consejo o qué le dirías a futuros voluntarios de la Fundación Clavel? 

Yo les diría: “Esto hay que intentarlo aunque sólo sea una vez en la vida”. A mi entender, participando en una misión se pone uno a prueba y se conoce uno hasta lo más profundo, descubriendo cuáles son tus límites de entrega, tus capacitaciones y recursos organizativos y adaptativos a la dificultad y descubriendo tus virtudes y debilidades en tu entrega al prójimo. 

Se despejan incógnitas, se ahuyentan miedos, se rellenan vacíos. Y es que la entrega a los demás siempre es gratificante porque te saca de ti mismo y expande tu alma hasta fusionarte con resto de la humanidad y sus necesidades.



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